Una señora de lo más exigente

 
La trufa de Borgoña es un producto de lujo que aprecia las mesetas calizas que dominan en la cuesta vitícola y los terrenos de baldíos y de sotobosque en os que crecen. A sus anchas entre los avellanos, los carpes y los pinos negros, estos frágiles hongos se recolectan de mediados de septiembre a finales de enero, lo que explica su precio tan elevado. Para encontrar este tesoro no hace falta ninguna alta tecnología: es más bien un perro especializado con un olfato imparable quien detectará el perfume almizcleño de la trufa.

¡Una señora divina!

Su perfume de sotobosque y avellana es irresistible pero escurridizo- Esta es por lo tanto la clave de todo plato: captar y contener los delicados aromas de la trufa. Combínela con una generosa tortilla o con una buena ensalada acompañada de nueces y un chorro de aceite de oliva. También la vieira o incluso el risotto alcanzarán la sublimidad con este fantástico hongo.

La señora llega a la mesa...

Para compartir todos sus secretos, la Maison des milles truffes et champignons, situada en las Hautes-Côtes de Nuits, le dedica a esta especie toda una exposición y un recorrido pedagógico seguidos de una degustación.
En L'Or des Valois, en Concoeur et Corboin, tendrá la oportunidad de ir a buscar trufas con un especialista y su perro para culminar con una degustación y una comida en torno a la trufa. En otoño, combine la degustación de vino y de trufas en Domaine Rion, en Vosne-Romanée, o reserve un fin de semana temático en la posada Domaine de la Combotte de Nantoux para visitar un campo de trufas y explorar las sutiles combinaciones entre los vinos y las trufas de Borgoña.