El Clos de Vougeot: su historia se remonta a la antigua abadía de Císter, propietario de los terrenos entre los siglos XII y XVIII. Gran cru de la Côte de Nuits y jefe de orden de la cofradía de los Caballeros de Tastevin, no hace falta nada más para ser uno de los iconos del viñedo borgoñón.

Por el camino de los grandes cruz

La suntuosa silueta del castillo se marca a la distancia, plantada en el corazón del viñedo de la Côte de Nuits. La cepa Pinot Noir es rey del lugar y encuentra en el Clos de Vougeot una de sus más bellas expresiones, repleta de sutiles matices.

Única y plural

Actualmente unos 80 propietarios se reparten las 50 hectáreas del Clos de Vougeot: es el resultado de ventas sucesivas desde 1789, que vio la salida de los montes de Císter. Después de las vendimias, cada propietario vinifica su cosecha por separado y según su propia personalidad. ¿Cómo se puede definir entonces este vino o, mejor dicho, estos vinos? Destacando sus coincidencias. Un color muy intenso, de un rojo frambuesa o granada profundo. Un buqué suave, que recuerda en un primer momento a la rosa, la violeta o la reseda y, después, a la mora, la frambuesa, el regaliz, la trufa... en paladar, su nobleza se desvela combinando su elegante finura y la plenitud carnosa. Es un vino de guarda que llega a expresar todas sus cualidades entre los 10 y los 30 años o incluso después... Independientemente del vinificador de este cru tan particular, el resultado nunca deja de hacerse eco de la devisa de los caballeros de Tastevin: «Nunca en vano, siempre en vino».

¿Sabía que...?

Hubo en Císter un monje cillerero cuyo nombre habría de convertirse en un homenaje al Clos de Vougeot: Dom Goblet. Ocupó su cargo hasta la revolución, cuando se disolvió la orden y se repartieron los viñedos.