De China a Borgoña
El pan de especias se conocía ya en la antigüedad, pero la receta contemporánea apareció en China bajo el nombre «mi-kong» en el siglo X. Todo un viajero, este pastel formaba parte de las raciones de alimentos de los temibles caballeros de Gengis Kan y acabaría transmitiéndose a los árabes. En sus viajes por tierra santa, los cruzados se apropiaron entonces de él y se lo llevaron de vuelta a casa. Se dice que este pastel, conocido en la Edad Media como «boichet», llegó a Borgoña de la mano de la duquesa Margarita de Flandes cuando se casó con Felipe el Audaz... a menos que fuera su nieto, el duque Felipe el Bueno, quien la trajo de Cortrique.
El pan de especias de Dijon
El concepto de «pan de especias» llegó a Dijon en 1702 con Bonnaventure Pellerin, «vendedor de panes de especias y cabaretero». Famoso por su finura, esta versión del pastel encontraría rápidamente un público de exquisitos aficionados y llegaría a producirse en 12 fábricas de Côte d'Or.
La casa Mulot et Petitjean es la última fábrica de maestros pasteleros que produce el tradicional pan de especias de Dijon. Ocupa una impresionante casa antigua con fachada de entramado de madera en la plaza Bossuet de Dijon. En Beaune, encontrará el famoso pan de especias totalmente artesanal, así como otras especialidades: las nonnettes (pequeños panes de especias rellenos de mermelada) o el glacé mince, un pan de especias glaseado con azúcar de la bonita casa Mulot et Petitjean en la plaza Carnot.
El lado gastronómico
En la cocina, combina perfectamente con numerosos alimentos, ya sean salados o dulces, como el foie gras, el queso de cabra, el pollo, la trucha o incluso el higo y el ruibarbo.